El símil es un elemento literario mediante el cual se realiza la comparación o semejanza de un objeto en cuestión con otro. La metáfora por su parte es la explicación contraproducente de características no semejantes de un objeto con otro en particular.
Símil
Se utiliza como recurso para la descripción de las características semejantes que pueda tener un objeto, persona o situación con otro en particular. Es el elemento retórico más antiguo por ser el más simple, y no exige descripciones elaboradas.
El símil se puede establecer entre términos de una misma o de distinta categoría. Es decir, se pueden hacer comparaciones entre una situación y un objeto, o entre un lugar y una persona. Por ejemplo: una persona es tan cálida como el sol de verano o tan fría como la nieve.
Metáfora
La metáfora expresa las diferencias que puedan contener ciertos términos. Su descripción tiene cierto nivel de complejidad ya que para poder ser válida la metáfora, las diferencias deben ser sustentables y de un grado mayor de importancia que las similitudes existentes.
La utilización de la metáfora integra ironías, comparaciones tanto lógicas como ilógicas permitiendo un grado de creatividad que permita la descripción concisa de las diferencias entre las realidades.
Diferencia entre símil y metáfora
- El símil establece las semejanzas o relaciones existentes entre los objetos.
- La metáfora expresa la mayor cantidad de diferencias entre las realidades.
- El símil no exige descripciones elaboradas, por lo que puede ser una sola idea como varias características en común.
- La metáfora debe sustentarse en una cantidad de diferencias que tengan un valor significativo entre las referencias.
- El símil se orienta por las similitudes que se encuentran a simple vista, aunque también puede ahondar en particularidades.
- La metáfora utiliza la ironía y busca diferencias exageradas para sustentarse, así como para defender su relato.