Según pruebas anatómicas que se basan en la comparación de la anatomía de diversas especies en su estructura y su función se han encontrado tres tipos de órganos que defienden la teoría de la evolución: Órganos homólogos, análogos y vestigiales. La diferencia entre los dos primeros radica en que los homólogos tienen estructuras similares y están adaptados a funciones distintas mientras que los análogos tienen estructura diferente pero cumplen la misma función.
Órganos homólogos
Los órganos homólogos son aquellos que en diferentes especies tienen una estructura interna similar o parecida. Esta semejanza confirma la teoría de que proceden de un antecesor común. Estos órganos similares cumplen funciones diferentes.
Por ejemplo las extremidades anteriores de los vertebrados como nuestro brazo, las aletas de un delfín o las alas de un ave son órganos homólogos. Tienen estructura similar pero una función diferente. Provienen de un antecesor común pero, debido a la evolución divergente se adaptaron al medio.
Órganos análogos
Los órganos análogos son aquellos que tienen una estructura diferente pero tienen una forma y una función similar. Se dan es especies evolutivamente separadas pero, que se han adaptado al mismo medio. Eso se conoce como evolución convergente.
Un ejemplo son las alas de una mosca y las alas de un ave. Ambos cumplen la función de volar pero no son similares.
Diferencias entre órganos homólogos y análogos
- Los órganos homólogos son aquellos órganos que son similares en su estructura interna pero cumplen funciones diferentes en organismos de diferentes especies.
- Los órganos análogos son aquellos que presentan estructuras diferentes pero, cumplen una misma función en organismos de diferente especie.
- Los órganos homólogos provienen de la evolución divergente.
- Los órganos análogos provienen de la evolución convergente.
- Los órganos homólogos se encentran en especies que habitan en medios diferentes.
- Los órganos análogos se encuentran en especies que habitan en un medio similar.