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Diferentes tipos de macrófagos

Los macrófagos son células del sistema inmune. Su nombre proviene de griego “makro” que significa grande y “fagotin” que significa comer. Es un organismo de gran tamaño que se encarga de limpiar el cuerpo de bacterias y virus.

¿Qué es?

Los macrófagos son glóbulos blancos de gran tamaño pertenecientes a todos los tejidos del cuerpo. Su función consiste en eliminar residuos, virus, bacterias, hongos e incluso células cancerígenas mediante un proceso llamado fagocitosis, que consiste en devorar, capturar y digerir dichos patógenos.

Los macrófagos fueron descubiertos por Elie Metchnikoff, gracias a sus experimentos sobre el sistema inmune a los que denominó como fagocitos. Años después en 1924, Ludwig Aschoff introduce el termino macrófago.

Cabe destacar que los macrófagos poseen la capacidad de detectar virus, bacterias, hongos u otros elementos extraños, aunque no puedan diferenciarlos o distinguirlos, por lo que se consideran elementos de la inmunidad inespecífica.

Otra de las funciones que cumplen los macrófagos es la de una vez ingerido un agente patógeno, lanzar una señal al sistema inmunológico con el objetivo de revelar el tipo de agente extraño en el cuerpo, para solicitar una respuesta (pedir refuerzos) y producir anticuerpos específicos para combatir esa enfermedad en particular.

Igualmente los macrófagos participan en los procesos de reparación y regeneración de tejidos luego de los procesos infecciosos, ya que barren las células muertas de los tejidos dañados.

Tipos de macrófagos

Los macrófagos tienen diferentes nombres según el lugar o tipo de tejido donde se encuentren:

Osteoclastos: Son los macrófagos del hueso. Ellos poseen un gran tamaño, degradan y reabsorben, además de estar implicados en la remodelación del hueso.

Microglía: Forman el sistema inmunitario del sistema nervioso central (SNC). Son de un tamaño bastante pequeño y se encuentran distribuidas a lo largo del sistema nervioso.

Células de Kupffer: También son conocidas como células de Browicz-Kupffer. Estas se encuentran alojadas en el hígado y se originan en la medula ósea. Además, estas células son las responsables de las lesiones hepáticas producto del exceso de etanol, característico de las personas alcohólicas.

Células espumosas: Aparecen en la pared de los vasos sanguíneos formando una veta de grasa ya que son los macrófagos del colesterol. Estas pueden acumularse en exceso en ciertos puntos, lo que puede ocasionar bloqueos a nivel arterial provocando aterosclerosis, accidentes cerebrovasculares e infartos agudos del miocardio.

Célula gigante de Langhans: Poseen gran tamaño y están presentes en cualquier tipo de enfermedad granulomatosa.

Histiocito: Son los macrófagos del tejido conjuntivo, estos se encargan de  proteger al cuerpo de posibles infecciones. Se instalan en órganos en concreto como el bazo, la placenta, hígado, el cerebro, entre otros. Un número alterado de histiocitos provoca una enfermedad llamada histiocitosis.

Células mesangiales intraglomerulares: Son los macrófagos del riñón. Las células mesangiales cumplen funciones fagociticas de componentes desechados por la membrana basal.

Macrófago alveolar o células de polvo: Son los macrófagos del pulmón y se encuentran ubicados en los alveolos pulmonares o en el esputo (flema).