El limbo y el purgatorio son conceptos religiosos que se refieren a dos estados distintos después de la muerte.
En la creencia cristiana, el limbo es un lugar donde van las almas de los bebés y niños que mueren sin haber sido bautizados y, por lo tanto, no pueden entrar al cielo.
Por otro lado, el purgatorio es un lugar de purificación donde van las almas de las personas que han cometido pecados en vida, pero que no eran tan graves como para ir al infierno.
En el purgatorio, las almas son purificadas y limpiadas de sus pecados para poder entrar al cielo.
Limbo | Purgatorio | |
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¿Qué es? | Un lugar de la creencia cristiana donde van las almas de los bebés y niños que mueren sin haber sido bautizados. | Un lugar de purificación donde van las almas de las personas que han cometido pecados en vida. |
¿Quiénes van allí? | Almas de bebés y niños que mueren sin haber sido bautizados. | Almas de personas que han cometido pecados en vida. |
¿Cuál es su finalidad? | Proveer un lugar donde las almas de los bebés y niños no bautizados puedan descansar eternamente sin sufrir. | Purificar las almas de los pecados cometidos en vida para que puedan entrar al cielo. |
¿Qué es el limbo?
El limbo es un concepto religioso que se refiere a un lugar o estado en el que se encuentran las almas de las personas que, según la creencia cristiana, han muerto sin haber sido bautizadas ni haber cometido pecados graves.
Esta creencia surge principalmente de la tradición católica y aunque ha sido objeto de debate en el seno de la iglesia, sigue siendo aceptada por algunas corrientes dentro del cristianismo.
¿Qué es el purgatorio?
El purgatorio es un concepto religioso que se refiere a un lugar o estado en el que se encuentran las almas de las personas que, según la creencia cristiana, han muerto con pecados veniales o leves.
En este lugar, las almas expiarían sus pecados y se purificarían antes de acceder al cielo. La creencia en el purgatorio surge principalmente de la tradición católica y aunque ha sido objeto de debate en el seno de la iglesia, sigue siendo aceptada por algunas corrientes dentro del cristianismo.